Con este título “No salves al
viejo” les comparto este nuevo mensaje el día de hoy; a lo mejor, les parecerá
un poco extraño y extravagante el titulo que le he puesto, pero creo que es el
más apropiado que puede encontrar, a lo que les voy a compartir.
Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados. 1Co 15:22
En el evangelio se explica que
sólo existen dos posiciones o estados para el hombre (no hay otros); el primero
es EN ADAN, y el segundo es EN CRISTO. No hay otra posición en la que podamos
estar, o estamos en Adán o estamos en Cristo. Adán representa al hombre
natural, y Cristo representa al hombre espiritual; Adán representa al hombre
terrenal, y Cristo representa al hombre celestial; el primer hombre Adán alma
viviente; el postrer Adán (Cristo), espíritu vivificante.
Cuando nacimos en la carne, nacimos
del linaje de Adán; cuando nacimos del Espíritu nacimos del linaje de Cristo.
Los que hemos nacido de nuevo, tenemos la posibilidad de permanecer en Cristo,
quienes sólo han nacido de Adán aún (hombre natural), no pueden estar en Cristo
aún; posición que sólo la alcanzamos por la fe en él.
Así es como en Adán hay una
historia que se repite miles de millones de veces, y se seguirá repitiendo; los
hombres nacen y todos mueren. No hay otra posibilidad, la muerte entró al mundo
por un hombre, Adán el hombre natural (nuestro antepasado) quien pecó y cayó; y
luego todos pecamos.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo
por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron. Rom 5:12
Así también, hay una historia que
se repite y repetirá muchas veces; en Cristo, todos serán vivificados; ya la
muerte no tiene dominio sobre nosotros, en él.
Esta es la historia de sólo dos
hombres que viven y coexisten en nosotros; Adán (quien ya está muerto para con Dios);
y Cristo quien está vivo en nosotros y para Dios (y vive por los siglos de los
siglos, amén).
Cristo vino en semejanza de carne
de Adán (pero sin pecado); para que por medio de la muerte, condenara el pecado
en la carne
… Dios, enviando a su Hijo en semejanza de
carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Rom 8:3
Condenó al pecado en la carne; es
decir, el pecado sólo tiene dominio en la carne; y si la carne muere; ya no
tiene dominio de nosotros en Cristo; es más el pecado murió en ella (la carne).
Y a vosotros también, que erais en otro
tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha
reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros
santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis
fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que
habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo;
del cual yo Pablo fui hecho ministro. Col 1:21 -23
Dice, si en verdad permanecemos
fundados y firmes en la fe, sin movernos de la esperanza del evangelio (note
que esta es la condición exigida): nos ha reconciliado con Dios en su cuerpo de
carne, por medio de la muerte (note que no dice su muerte, sino dice la
muerte), para presentarnos santos y sin mancha e irreprensibles delante de
él; y ya no ser más enemigos de Dios en nuestras mentes y hechos.
No salvemos al viejo hombre
(Adán), no salvemos a quien Dios condenó; dice el evangelio que ya morimos; así
es, por extraño que te parezca:
Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Col 3:3
Con Cristo fuimos juntamente
crucificados, esa es una realidad para el viejo hombre en nosotros (Adán):
Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. Gal 2:20
Con Cristo estamos juntamente
crucificados, todos aquellos que somos de él; no es algo que sólo le sucedió a
Cristo; sino que también a nosotros en él, tenemos esa relación con nuestra
carne; es decir, crucificada con Cristo. Para que en él, participemos de todo
lo que en él es y tiene; unidos en Cristo; el nuevo hombre.
Hoy hay un error muy recurrente en
el evangelio que se predica comúnmente, pues ponen a Cristo sólo en la cruz
(sin nosotros), olvidando que nosotros también estamos con él en esa cruz; si
queremos participar de su plenitud, debemos participar de su muerte (nada
podemos separados de él). Ese error en el evangelio que se predica hoy, hace
que muchos cristianos, nunca vean que su vida en Adán ya murió, y fue condenada
en la cruz con Cristo; y siguen tratando de salvarla para sí mismos y el mundo;
haciendo caso a sus mentes naturales; y no entendiendo la mente de Cristo.
Estamos muertos al pecado, muertos al mudo y muertos a la ley; pero estamos
vivos para Dios.
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Rom_6:2
Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Rom_6:7
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro. Rom_6:11
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gal 6:14
Pues
si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si
vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni
gustes, ni aun toques (en conformidad a
mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
Col 2:20-22
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo
de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin
de que llevemos fruto para Dios. Rom_7:4
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que
estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu
y no bajo el régimen viejo de la letra. Rom_7:6
Porque
yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Gal_2:19
Fíjate que primero es la muerte,
luego la vida para con Dios; si no hay muerte; no hay vida.
El error en el evangelio que se
predica hoy, hace que los hermanos tengan una fe deficiente, es decir, creyendo
o ignorando un hecho esencial en ellos (que se predicaba en el evangelio de los
apóstoles), cuando han nacido de nuevo; su viejo hombre ya ha sido crucificado.
¿Y cómo seguirán tratando de salvar lo que ya fue condenado y muerto?; el evangelio es poder de Dios (dice la
Biblia), pero ese poder no se puede manifestar en nosotros, si primero no oímos
el verdadero evangelio, sin omisiones o errores; sin conocer lo que ocurrió en
esa cruz y como es nuestra posición para con la carne, el mundo, Satanás y la
ley.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a
todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Rom_1:16
Este punto es esencial del
verdadero evangelio, de que así como participamos de su vida; debemos antes participar
de su muerte.
¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. Porque si fuimos
plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección;
sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Rom 6:3-6
Muchos ponen a Cristo sólo en la
cruz (sin nosotros), pero en él todos fuimos ya crucificados. Y en creer y entender
esto, tendremos el poder de Dios en nosotros, para andar en una vida nueva; ya
no dominada por el pecado en la carne, ya no dominada por los engaños e
ilusiones del mundo, ya donde el enemigo no tiene poder; y donde la ley ya no
nos puede condenar; porque ya lo hizo y morimos con Cristo.
Hay dos estorbos importantes para
los creyentes que les impiden dar frutos (ver parábola del sembrador); uno son
las piedras y otro los espinos. Estos estorbos, sólo pueden ser quitados en la
cruz, es decir, si no entendemos que ya fuimos muertos con Cristo; siempre
estas piedras (pecado) y espinos (mundo); nos causarán problemas, para tener la
tierra (corazón) limpia para con Dios; y así dar mucho fruto, para el Padre.
No salvemos al viejo hombre, a
quién Dios ya condenó; cuando tratamos de salvar nuestra vieja vida en este
mundo, la perdemos. Pero, cuando por causa del evangelio (entendiendo que ya
fuimos muertos) la perdemos (perdemos el viejo hombre), la salvamos. No hay otra forma de seguir a
Cristo, a los lugares celestiales.
Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la
salvará. Mar_8:35
Cuál es el viejo hombre (Adán),
Nicodemo nos da la respuesta:
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su
madre, y nacer? Juan
3:4
Acá vemos, que el viejo hombre;
quien no puede ni ver, ni entrar al reino de los cielos. Por eso es necesario
nacer de nuevo; donde nace el nuevo hombre en nosotros del Espíritu; y es quien
puede entrar acá en el reino de los cielos.
Debemos saber que ese viejo
hombre ya fue crucificado, y de esa forma debemos conducirnos, entendiéndolo:
…sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos
más al pecado. Rom
6:6
Despojándonos de esa antigua
naturaleza, la cual está viciada (y ya no tiene arreglo), cuyos deseos son
errados; obviando este viejo hombre, nos conducimos en el Espíritu renovando
nuestra mente (un nuevo entendimiento es necesario), vestidos del nuevo hombre,
es decir, nuestras obras deben ser inspiradas y sustentadas por el nuevo hombre
(eso es el vestido, nuestras obras); que es creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios
en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22 -24
Nos revestimos del nuevo hombre,
ya no con obras malas, sino con obras conforme a la imagen de quien lo creó
(eso es el vestido, las obras de justicia y santidad); las cuales se alcanzan
en Cristo, en la medida que somos renovados hasta el conocimiento pleno. Note
usted que el hombre nuevo, es un hombre interior, nació en nuestro interior,
pero debemos revestirnos de él por el exterior, es decir, permitir que sus
obras salgan a nuestro exterior, eso es la vestimenta. Y no vestidos del viejo
hombre con sus hechos enemigos de Dios.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con
sus hechos, y revestido del nuevo,
el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno, donde no hay griego
ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre,
sino que Cristo es el todo, y en todos. Col 3:9 -11
El hombre interior, es el nuevo
hombre, lo vemos porque se deleita en la ley de Dios:
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; Rom 7:22
Día a día en nuestra carrera en
Cristo, nuestro viejo hombre se va desgastando y el nuevo se renueva.
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este
nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 2Co 4:16
No salves al viejo hombre, que en
tu vida gobierne tu nuevo hombre; que ha nacido del agua y el Espíritu; este
nuevo hombre debe guiar tu vida; y debes entender que tu vieja naturaleza ya
fue crucificada con Cristo, y está muerta para Dios; cuando tratamos de salvar
nuestra vida, la perdemos, CUANDO LA DAMOS POR MUERTA (que es la verdad), LA
SALVAMOS. Sólo así obtenemos libertad de nuestra carne, que es la que nos atrapa
por el pecado.
Jesús les respondió: De cierto, de cierto
os digo, que todo aquel que hace pecado,
esclavo es del pecado. Juan 8:34
Cuando realmente creemos que
estamos muertos con Cristo; realmente empezamos a ser libres del pecado, del
mundo y del enemigo. No es sino por el evangelio correcto, que se manifiesta el
poder de Dios en los creyentes para salvación, si estos lo creen.
¿CREES REALMENTE QUE ESTAS MUERTO CON CRISTO EN LA CRUZ?
Ve como actúas, y mira tus preferencias y aspiraciones; tus temores y sueños, tus anhelos acá en la tierra; ¿que es lo que te motiva y mueve...?
Cuanto lo crees, se manifiesta en
tus obras; son las obras de tu fe, ellas manifiestan tu verdadera fe; ya que la
fe sin obras, está muerta; y la fe se muestra por las obras.
Primero, no podemos creer que
estamos muertos, si quienes nos predican el evangelio no lo dicen (por
ignorancia o omisión); luego si nos lo dicen, está en nosotros oír y creer. En
esto está la puerta del reino de Dios, en el nuevo hombre; quien debe ser el
conductor de nuestra vida en Cristo; pero si no queremos perder el viejo; quien
no puede ni ver, ni entrar en el reino de Dios, que está acá entre nosotros;
perdemos la oportunidad.
La sangre de Jesucristo nos
limpia de todo pecado; pero sólo la cruz nos libra del pecado; y nos posibilita
a seguir al Maestro a donde quiera que vaya. Amén.
NO SALVES LO QUE DIOS YA DIO POR MUERTO, NO SACARAS NI UN SOLO FRUTO DE ELLO, PERDERÁS TU TRABAJO. Será como quien edificó en la arena, todo ese esfuerzo será vano, obedezcamos las palabras del Señor que nos enseñan el verdadero evangelio.
3 comentarios:
Amen ,en la fe en Cristo ,lo tenemos .
Isabel Bozzo
Amen que bendicion conocer la verrdad de Cristo Jesus
Amén está palabra me iso reflexionar realmente donde están puestos mis ojos,la motivación del viejo hombre muchas veces es más fuerte que la del nuevo hombre ya es tiempo de dejar de rescatar a ese viejo hombre Y vestirnos totalmente del nuevo que nuetros ojos y motivación sólo sean las del espíritu ....
Que el SEÑOR nos ayude bendiciones
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