¿Quién es
éste, que aun el viento y el mar le obedecen?, se preguntaban los discípulos
del
Señor, cuando lo vieron hacer obedecer al viento y el mar…
Leamos el
texto en el evangelio de Marcos…
Y les dijo aquel día cuando fue
tarde: Pasemos al otro
lado. Y enviando la
multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros
barquitos. Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el
barco, de tal manera que ya se llenaba. El estaba en la popa, durmiendo sobre
un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que
perecemos? Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha
grande bonanza. Y a ellos dijo: ¿Por
qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Y temieron con gran temor, y decían
el uno al otro. ¿Quién es éste,
que aun el viento y el mar le obedecen? (Mar 4:35-41)
Tremenda pregunta que se hicieron
los discípulos, y sólo había una forma de contestarla; ellos sabían que la
creación sólo obedecía a su creador; ¿y que hombre es éste, que aún el mar y el
viento le obedecen? Había una característica en este hombre que no se había manifestado
antes por ningún hombre, en todo el antiguo testamento, cuando los hombres de
Dios desafiaban las leyes naturales, lo hacían tras la oración y/o instrucción
del Señor; hoy veían a este hombre dando instrucciones directas a la
naturaleza, desafiando lo que ellos creían establecido…
Veamos el siguiente texto:
Alaben al SEÑOR (YHWH) por su
misericordia, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. Y ofrezcan
sacrificios de alabanza, y publiquen sus obras con júbilo. Los que descienden
al mar en navíos, y hacen obra en las muchas aguas, ellos han visto las obras
del SEÑOR (YHWH), y sus maravillas en el mar profundo. El dijo, e hizo saltar
el viento de la tempestad, que levanta sus ondas; suben a los cielos,
descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal. Tiemblan, y
titubean como borrachos, y toda su ciencia es perdida; claman al SEÑOR (YHWH) en su angustia, y los libra de sus
aflicciones. Hace parar la tempestad en sosiego, y sus ondas cesan. Se alegran luego
porque se reposaron; y él los guía al término de su voluntad. (Sal 107:21-30)
En lo citado puedes ver que el Señor Dios (YHWH);
es quien tiene autoridad para parar los vientos y las ondas; los discípulos conocían
las Escrituras y debieron haber conocido este salmo; mira como es un paralelo
que habla lo que el Jesús hizo.
¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le
obedecen?, YHWH es la transliteración del nombre propio del Dios de Israel
revelado a Moisés en el Sinaí; los judíos hoy El Nombre lo pronuncian como
Adonay, es decir, Señor (por no tomar en vano su nombre). Este salmo nos enseña
que Jesús es el Señor. Amén.
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