miércoles, 2 de enero de 2008

QUIENES SOMOS

Bueno, esta es una pregunta muy importante de responder, para todo aquel que quiera conocernos, ya no tenemos nada que ocultar; y por el contrario, queremos que todas las cosas sean en Luz (como debe ser), y poder compartir con todos los visitantes de este sitio, nuestro gran gozo de conocer (e ir conociendo cada día más) el Camino, la Verdad y la Vida. Que es necesario que todo hombre conozca, a Aquel al cual predicamos, ya que sin El, no hay salvación ni vida para ningún hombre, ni solución ni vida para la humanidad, nos referimos por supuesto a Jesús el Cristo, nuestro Señor. Además, de ser una de las preguntas clásicas a responder en cualquier sitio web convencional (¿Quienes somos?). La respuesta es muy simple, y a la vez queda esta respuesta oculta del que aún no puede ver, oír, ni entender; somos hijos de Dios por la obra y gracia de Jesús de Nazaret, en la voluntad de Dios.
La respuesta es simple, y no hay razón de complicarla más; si somos conocidos por Dios; ¡que más importa!; en verdad eso es lo importante; pero es necesario que los hombres nos escuchen y reciban, para que conozcan a Aquel que nos envió a dar testimonio de El; que es lo realmente importante. Y no solamente a nosotros; sino a todos los que él Señor ha enviado por el mundo entero, a dar testimonio de El. Nos referimos a los que El ha enviado, no a los que se han enviado a sí mismos...

El ser conocidos o no por el mundo, eso es trivial y sin importancia. Ya que lo somos de aquellos que no son del mundo. Ya que el mismo Jesucristo, vino al mundo y el mundo no le conoció. Si hoy no nos conocen; en verdad sólo nos conocen quienes pueden ver, oír y entender, es decir, a aquellos a quien el Padre llama para El.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:9-13)

Hoy, como ayer; el mundo no nos conoce; como ayer no conoció al unigénito Hijo de Dios. Hoy somos desconocidos del mundo; pero muy conocidos por nuestro Padre y Señor Jesús. Y por su gran amor, no sólo nosotros, sino todos los que lo reciben son hechos hijos de Dios, por voluntad del Padre. Y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pues seremos semejantes a él, en su gloria por su gracia, si por Su gracia.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 1Jn 3:1-2

Hoy muchos sitios Web, dan una lista detallada de todo lo que los caracteriza y diferencia de otros grupos, denominaciones, iglesias, congregaciones, etc. etc. No es esa la forma correcta de ver las cosas, ya que “todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”; ya que si son hijos de Dios muchos hermanos, por Su voluntad; ¿quienes somos nosotros para altercar con Dios, y pedir explicaciones? En Cristo está la justificación; y no sólo eso, sino también la comunión perfecta, y fuera de El, sólo hay desolación.

Si quisiéramos hacer un listado minucioso y concienzudo de nuestra fe y doctrina; de manera de exponer detalladamente todo lo concerniente a nuestra fe; la verdad es que tendríamos que escribir la Biblia entera; y no sólo eso, sino que es la Biblia entera a la luz del Espíritu Santo. Eso es una tarea que ningún hombre puede lograr hacer; ya que sus Palabras son más grandes, extensas y profundas que el Océano, y más altas que los cielos; Como eso es imposible para nosotros; somos mejor conocidos como el Señor y Maestro Jesucristo nos enseño:

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. (Mat 7:18-20)
Ningún mal árbol da buen fruto y al contrario, ningún buen árbol da mal fruto; por nuestros frutos somos conocidos, esa es la forma correcta de ver las cosas; ya que la doctrina y el entendimiento van avanzando todos los días, que crecemos en El. Si un mal árbol da buen fruto, significa que es un buen árbol y no es mal árbol; y si un buen árbol da mal fruto, estamos frente a un mal árbol; es sencillo, por los frutos se conoce el árbol. Y eso, hasta los niños lo pueden distinguir.

No entraremos en el juego de tratar de diferenciarnos del resto de nuestros hermanos, de diferentes congregaciones, naciones, lenguas, etc., sino que somos lo que somos; por obra y gracia del que nos llamó de las tinieblas a su Luz admirable. Y es de esta Luz, que damos testimonio a todo hombre; ya que en nuestro Maestro Jesucristo; hay luz verdadera que alumbra a todo hombre; para el conocimiento perfecto de la verdad; es decir, de la verdadera realidad eterna en El. Y este conocimiento de la verdad, nos da verdadera libertad en El, por la eternidad.

Si quieren ponernos etiquetas, caracterizarnos o diferenciarnos; nuestro único atributo es que tenemos a Cristo en nuestros corazones y mentes; y hemos sido sellados por el Espíritu Santo de la promesa; y todo por gracia y misericordia de nuestro Dios y Señor. ¿Y cómo lo alcanzamos? Por medio de la fe, en él que Dios envió, es decir, en su Hijo Jesús. ¿Y la fe? Es don de Dios.

Somos de todos, y no somos de nadie; no le pertenecemos al mundo, le pertenecemos a nuestro Padre y Señor, y a todos nuestros hermanos, que hoy peregrinan en la tierra. Somos para ellos en Cristo; y ellos de nosotros; y todos en Cristo de nuestro Padre que está en los cielos. Ese es el secreto de nuestra unidad.

Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. (Juan 17:23)

No todo el que hable de Jesús, es conocido por Dios; sino todo aquel que da testimonio según la Verdad, es decir, según el Espíritu de la Verdad. Porque muchos hoy utilizan este nombre, para enriquecerse y son falsos testigos de la Verdad, estos hombres sólo buscan lo suyo propio; y con mucha astucia manipulan la Biblia, y engañan a los hombres; sólo para satisfacer sus apetitos carnales. Son seres irracionales, son hombres sin Cristo; sin Palabra y apartados de la Verdad.

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. (1Jn 4:1-3)

Bueno para terminar, el propósito de esta página, es poder ser útil en el Reino de Dios, acá en la tierra; tiene como finalidad poder acercar a cada persona que la lea, al conocimiento de la Verdad; es decir, a Jesús de Nazaret el Cristo y Señor de la creación; el Hijo del Dios vivo.
Y son bienvenidos todos las personas que buscan sinceramente la verdad; el conocimiento puro y limpio de Dios (sin dobles intenciones ocultas); y esperamos que puedan escuchar la voz de Dios, en Cristo por fe prontamente, y continuamente. Y también, todos los hermanos que desde diferentes, naciones, razas, lenguas y congregaciones; quieran acercarse y tomar lo que les pueda ayudar y alimentar, en este peregrinar hacia la gloria eterna, junto a nuestro Dios Padre y Señor.
No es nuestro llamado el formar organización, asociación, congregación ni "iglesia" alguna; sino ser instrumentos útiles en manos del Maestro para la edificación de Su cuerpo que es LA IGLESIA. Y son bienvenidos todos los hombres que con sinceridad de corazón, buscan y/o siguen la Verdad.

Un abrazo a cada unos de ustedes, y que la paz y gracia de nuestro Padre y del Señor Jesucristo los acompañen hoy y siempre. Amén.

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